Cuento chino

Cuando pensamos en la industria china siempre nos imaginamos textiles, placas electrónicas, zapatos y todo lo que se pueda transportar en un contenedor. A menudo relacionamos sus productos con su estatura físca. Cosas manejables.

Hace no mucho que se decidió modernizar una cementera y dotarla de un nuevo horno. Fabricantes y constructores de toda índole concurrieron a la licitación. Dicen que algunos de ellos presentaron proyectos basados en hornos de fabricación china. Seguro que se frotaban las manos porque su bajo coste los iba a llevar al éxito. Pero ninguno lo consiguió porque el pequeño gigante mostró su verdadera estatura.

Hoy posible ver cómo se ha construido una pequeña residencia portátil donde habitan los trabajadores chinos con honorarios chinos, que están instalando el horno chino.