TERAPIA PARA EL DESAHOGO DE PROPIOS Y EXTRAÑOS - AÑO 2

miércoles, noviembre 02, 2005

Día de difuntos

Día de difuntos: Víspera del debate de los debates. Día después de la nueva heredera (o no). Día de okupación de los necesitados en el pueblo de Jun, pobrecitos (cómo nos socializamos, qué poco protagonismo tienen los realmente perjudicados). Noche de la costumbre importada de Halloween (por cierto, qué ambiente más yankie en Madrid). Día de visita a los cementerios, donde los del gremio de las flores se quejan del descenso de ventas. Un mes aproximadamente, desde el eclipse anular de sol. El ambiente está enrarecido.
Sin embargo, el día de difuntos para mí sólo es un recuerdo del último entierro al que acudí. Fue en el cementerio Sur de Madrid (no es el más grande, que es el de la Almudena, con 6 millones de tumbas). Lo que se me quedó grabado fue como el sacerdote del camposanto, en su caseta a cobijo de la lluvia, rezaba el responso a cada féretro que llegaba en su coche. Tuvimos que hacer turno como en las hamburgueserías en las que se compra sin bajar del coche (o como en la ITV). Literal. Fue un entierro en serie, casi como la vida.
Y nosotros preocupados y crispados. Qué raros somos los vivos.

7 Comments:

Blogger Michi said...

Creo que no he ido nunca a un entierro, suerte doble...glub, toco madera!!!

2/11/05 11:37

 
Blogger Luis Amézaga said...

Creo que fue Bukowski quien utilizó la imagen de coches en el aparcamiento para referirse a la muerte. Veo que tú has tenido una sensación similar.

2/11/05 12:48

 
Blogger Nexus said...

No conocía este uso de Bukowski en sus poemas... en cualquier caso, fue algo real y fantástico al mismo tiempo, no sé si me explico. En cualquier caso, la situación me recordó más a "El mundo marcha"...

2/11/05 14:14

 
Blogger Su said...

Joer, a mí me recuerda al método fordista de producción: cadena de montaje, el operario eclesiástico aprieta el responso para que los asistentes no se vayan con sensación de vacío... o no más de la justa...

2/11/05 15:09

 
Blogger Nexus said...

Su, sí yo usaba el término tailorismo... De hecho también es muy parecido en el caso de los nacimientos. Decenas de habitaciones iguales, floristería en el mismo hospital, etc. Algún precio hay que pagar para que podamos vivir... y morir, todos, a un nivel más o menos homogéneo.

2/11/05 15:42

 
Blogger wilson said...

La primera vez que estuve en la Almudena me impresionó su inmensidad. Pero el gran choque fue ver un autobús dentro. Madrid a lo grande, a lo bestia. ¿No sentiste la soledad en toda su plenitud?

Uno de provincias como yo, se asusta ante estas cosas. La pérdida de humanidad en las grandes urbes contrasta con los clásicos velatorios de los pueblos. Hace poco estuve en uno y me puse al corriente de todo lo que pasó en los últimos tres años.

2/11/05 23:04

 
Blogger Nexus said...

Wilson, más que soledad, era insignificancia...

3/11/05 12:52

 

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