Situaciones kafkianas
Como ya les dije en un anterior post, me he mudado a un piso de nueva construcción. La parte más divertida del asunto, es que escrituramos con agua de obra, algo bastante normal en Madrid. La empresa pública que tiene a su cargo el servicio de agua potable en Madrid, el Canal de Isabel II o más popularmente"el Canal", tiene la costumbre de demorarse meses entre la licencia de primera ocupación y la acometida real y efectiva del tan preciado elemento y servicio básico para la vida. Pero aun hay más: El Ayuntamiento también pone sus impedimentos, pues ha establecido desde hace unos meses un "cupo de calas" por mes y barriada, a fin de que "Madrid no esté lleno de zanjas".
Hace una semana aproximadamente hicieron la famosa cala para la acometida definitiva y ayer y antes de ayer estuvieron instalando los contadores. Pero entre que se instalan los contadores y se codifican en su base de datos (requisito indispensable para contratar) pueden pasar 3 días (o más si hay festivos). Es decir, que cortan el agua porque aunque está todo preparado, ellos ignoran oficialmente que hay gente viviendo. La solución es obvia: todos los vecinos que habitamos el edificio tuvimos que obrar de fontaneros instalando las piezas que faltaban para puentear la acometida y tener agua.
En teoría nos enfrentamos a una sanción, pero esta situación debe ser tan común que los alambres del precinto estaban perfectamente holgados de forma que se podía hacer la conexión sin romperlos.
Qué rica el agua ilegal.