La ballena blanca

Una de las cosas más llamativas del caso sobre blanqueo de capitales "Ballena blanca", fue la forma que tuvo la policía de entrar en las oficinas del abogado Del Valle y la gran cantidad de personas que se llevaron para declarar.

Durante mucho tiempo se especuló sobre la posible ingerencia política en este asunto y sobre la idoneidad de los métodos empleados. De hecho, tras discutir el asunto con un influyente cliente catalán que pasa largas temporadas en la Costa del Sol, --solemos tirarnos de los pelos de forma amistosa-- me echó en cara la falta de pundonor que tenemos los andaluces por sacar a la luz pública estos trapos sucios que, según su opinión, no dejaban de ser una batalla más entre administraciones. Yo siempre estuve en desacuerdo y hace una semana lo corroboré.

Hace poco disfruté de una sabrosa charla con alguien importante del colegio de abogados, el cual me comentó que varios de los administrativos del abogado en cuestión, eran administradores de varias sociedades cuyo capital social estaba en entredicho. Es decir, que estos empleados eran los representantes de empresas de dudoso proceder, que en algún momento tuvieron que dar su consentimiento expreso y que resulta difícil de creer que dicha voluntad no estuviera gratificada, bien con tickets gratis para ir al cine, bien con collejas amenazadoras. De ahí que se llevaran al cuartelillo a todo el que asomaba por la puerta.

Sólo me queda por saber si la señora de la limpieza tenía ampliadas sus funciones o en realidad era un topo.