Accidentarse en Andalucía.

Tan sólo en Granada, 32 trabajadores han perdido la vida en lo que llevamos de año. Ahí queda eso.

Enciendo la radio y noto como los interlocutores sociales engrosan sus discursos con cifras, pendencias y discursos del todo manidos. Menos subcontratas, más seguridad, inadmisible, los trabajadores tienen que, los empresarios deben de.....

Miren, señores, ya he sufrido en dos años sendas inspecciones de trabajo en la provincia de Granada. Me visitan, me citan, acudo, presento la documentación y adiós muy buenas. Pero el caso es que te asomas a la ventana y te encuentras a un montón de gente infringiendo cualquier atisbo de lógica. Las normas de seguridad han de ser un mínimo y no un objetivo. Tolerancia cero. Permisividad cero.

La excesiva subcontratación es un factor de riesgo. Quieren limitarla en número de contatos, en número de trabajadores y no sé qué más. Pero a nadie se le ocurre pensar que quizá hay que reducir la exigencias administrativas y económicas requeridas para acceder a los concursos, para que estas mismas empresas pudieran acceder con un poco de holgura a los mismos trabajos que ahora realizan. Hoy he escuchado a una consejera del gobierno andaluz diciendo que algunas empresas se adjudican las obras y luego no ejecutan trabajo alguno con personal propio. ¡Claro! Sólo las empresas del tamaño de Ferrovial se pueden presentar a estos concursos. Calificaciones, certificaciones, solvencia económica, seguros de responsabilidad civil de cuantía imposible, número mínimo de trabajadores, obras similares realizadas, capacidad para hacer reducciones de importes de licitación para conseguir la adjudicación, etc. Y si la bajada es lo suficientemente temeraria, habrá que sacar los higadillos a otros.

Limitar la subcontratación no es la solución inmediata y sí la persecución. De ningún modo es suficiente que con una serie de papeles se justifique la seguridad de una empresa. Los documentos se pueden falsificar, obligar a su firma, fotocopiar o rehacer. Pero a un tío pillado infraganti, a ése y su empresa se le han de caer el pelo. Ahí es donde la administración autonómica entra de lleno.

Hace un par de años, el Sr. Chaves amenazó con personarse como acusación particular en todos y cada uno de los accidentes laborales que se produjeran en Andalucía. Digo amenazó porque en eso quedó su promesa. No se ha hecho nada desde entonces. La Junta de Andalucía no se implica todo lo necesario en materia laboral, siendo parte activa del entramado de dejadez y desidia que entre todos mantenemos.

Los golpes de pecho de estos días sirven para amortiguar el efecto provocado por el hecho de que los seis fallecidos eran obreros de una carretera cuyo promotor es el estado. Una vez pasada la fiebre, volveremos a la triste realidad.