Historias costumbristas

Mucho se está hablando entre la comunidad ecuatoriana de Madrid del incidente de la Virgen del Cisne. Hasta hace poco, la imagen de dicha virgen -muy venerada por los ecuatorianos-, ocupaba un lugar de honor en una parroquia de Madrid. El sacerdote, con muy bien criterio, había accedido a acoger a la imagen en su templo pensando en que nunca está de más ampliar el rebaño. Tal es el fervor que se le profesa, que durante mucho tiempo los feligreses americanos estuvieron recaudando dinero para confeccionarle una urna réplica de la existente en su ubicación original allende los mares. Hace unos días se celebró el día en el que se conmemora la procesión en su honor, y en la que se pensaba ya devolver al templo dicha virgen con su urna. Pero hete aquí que el cura dice que la imagen entra, pero sin la urna. Y no se mueve de su posición. A mí al principio me pareció sorprendente su postura, pero más tarde me enteré de que la urna en cuestión lleva adosado un cepillo cuya llave es propiedad de la comunidad ecuatoriana. Ah, el vil metal.
Aquí se apunta claramente una solución negociada. Sólo faltan por decidir los porcentajes. Ahora mismo, la imagen está alojada en un bar, en el que los dueños han suspendido la venta de bebidas alcohólicas. Al menos, hasta que se llegue a un acuerdo.