TERAPIA PARA EL DESAHOGO DE PROPIOS Y EXTRAÑOS - AÑO 2

miércoles, noviembre 16, 2005

Historia de una morada

Yo soy un ávido oyente de radio. Suelo recordar los horarios de mis programas favoritos y los sintonizo a la menor ocasión. Dependiendo de la hora y la emisora, acudo a las tertulias, a los partes de noticias, a los reportajes, a la música o a los microprogramas de Radio 5. Estos últimos son mi pasión radiofónica menos conocida. Hay algunos que los sigo desde hace años.

Mientras acudía a una cita comercial, a eso de las 13:16h, pude escuchar el consejo de Pedro Palencia sobre comunidades de propietarios y disfrutar del divertido anecdotario que Nieves Concostrina relata sobre muertes, leyendas fúnebres y difuntos famosos. Hoy ha estado hablando sobre el cementerio inglés de Málaga.

Allá por el S. XIX, estaban prohibidos los enterramientos de los ciudadanos no católicos en los cementerios españoles. Esto no resultaba un gran problema en los pueblos del interior. Sin embargo, en una ciudad portuaria donde el flujo de extranjeros era considerable, el número de cadáveres sin derecho a una sepultura católica provocaba no pocas incomodidades en épocas de temporal, ya que el enterramiento se realizaba en la playa y en postura vertical.

William Mark, a la sazón cónsul inglés en la capital malagueña, quedó horrorizado ante estas macabras cotumbres y solicitó a Fernando VII la cesión de una morada digna para los huesos de sus paisanos. Su petición fue escuchada y por Real Orden de Fernando VII se construyó en 1830 el primer cementerio protestante en suelo español.

El lugar es de estilo romántico con mausoleos diseminados y estrechas veredas, acogiendo ilustres nombres como Jorge Guillén y "Don Geraldo" Brenan.

Hoy día existen bastantes más por todo el país. En general presentan un aspecto más descuidado que los que vemos en las películas, a pesar de que son propiedad de Gran Bretaña. Como dice la canción, la distancia es el olvido.

9 Comments:

Blogger Juan Haldudo said...

"¿Qué importaba dónde yaciera uno una vez muerto? ¿En un sucio sumidero o en una torre de mármol en lo alto de una colina? Muerto, uno dormía el sueño eterno y esas cosas no importaban. Petróleo y agua eran lo mismo que aire y viento para uno. Sólo se dormía el sueño eterno y no importaba la suciedad donde uno hubiera muerto o donde cayera." El Sueño Eterno, de Raymond Chandler.

17/11/05 12:17

 
Blogger wilson said...

Bien traído, Mikel, aunque la realidad es otra y mucho más diferente en aquellos años. Fíjate que hoy en día los incinerados siguen siendo minoría.

Es una buena reflexión la de comprobar cómo van cambiando los conceptos y los temores en todo lo relacionado con la muerte.

Otro asunto no menos interesante es constatar cómo a principios del S.XIX, lo mismo se hacía una Constitución revolucionaria como se discriminaban a los difuntos. Es una llamada de atención que nos hace Doña Historia para que relativicemos los acontecimientos y sepamos darle su justo valor.

17/11/05 13:30

 
Blogger Nexus said...

Conozco el de Madrid. Es un sitio curioso de visitar. Para quien pueda acercarse, está en la calle Comandante Fontanes, cerca del metro de Urgel.

18/11/05 09:52

 
Blogger Michi said...

Odio los cementerios :(

18/11/05 12:33

 
Blogger David Morán said...

Un poco de historia, aquí lo importante es ver como eran aquellas épocas y su gente, la idiosincrasia reinante condicionaba muchas veces el estilo de vida, así pues, los cementerios parecen ser el único lugar donde todos somos verdaderamente iguales, a pesar de la suntuosidad de algunas tumbas.

Saludos.

19/11/05 19:29

 
Blogger Juan Haldudo said...

Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
qu'es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
e consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
e más chicos,
allegados, son iguales
los que viven por sus manos
e los ricos.

Las dádivas desmedidas,
los edeficios reales
llenos d'oro,
las vaxillas tan fabridas,
los enriques e reales
del tesoro,
los jaezes, los caballos
de sus gentes e atavios
tan sobrados
¿dónde iremos a buscallos?;
¿qué fueron sino rocíos
de los prados?
(Jorge Manrique. Coplas a la muerte de su padre)

19/11/05 21:45

 
Blogger wilson said...

David, Mikel, los muertos son iguales desde su propio punto de vista -si lo tuvieran, claro- porque desde fuera la cosa se ve bien diferente. La cremación sí empareja mucho más.

20/11/05 01:58

 
Blogger Tbo said...

Distinguido Wilson, alguién tan apasionado como tu por las ondas, tal vez debiera leernos un día un post de la trinchera por la radio, quizás así lograras aficionarme más. Me gusta el medio, pero no le doy demasiada prioridad, cuando voy en el coche generalmente, por lo demas, sobre los muertos, comentarte que hace poco he leido en algún sitio que hay gente que se hace enterrar con el movil, por si necesita hacer una llamadita de emergencia, tengo entendido que los protestantes solicitan una pequeña radio en el ataud, por si quieren escuchar su programa favorito, de esta guisa, ya no les importa como o donde los entirren y es que no hay nada como un buen programa de radio. Saludos.

20/11/05 15:20

 
Blogger wilson said...

Algún día haremos podcasting. Ya sé cómo empezar y me falta encontrar un sitio con suficiente capacidad como para ir poniendo cosas.

21/11/05 10:18

 

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