Una historia real
17:05. Voy al lavabo. De la cabina del WC sale el sr. X, treintañero, ingeniero superior, 6 años de carrera y doctorado; camisa con caballito, corbata con clip de la empresa. Entro en la misma cabina. En el suelo, una colilla mal apagada, todavía humeante. Ceniza por todos los lados. En la tapa intermedia del WC, bajada, un número que no quiero contar de gotas de orina (siento ser tan descriptivo), procedentes a todas luces de la micción previa del sr. X. Cabreado, abandono el lugar sin más dilación, en busca de otro lavabo.
17:22. Desde mi sitio veo, a través del cristal, que entra en el lavabo la sra. Y, entrada en los cuarenta, inmigrante colombiana. En su país era ayudante de fiscal en un juzgado. Tiene título universitario. Por razones que nunca me he atrevido a preguntar, tuvo que salir de su país. Aquí trabaja, desde hace unos dos años, subcontratada de señora de la limpieza. Acaba de legalizar su situación hará unos quince días.
17:25. Supongo que ahora mismo la sra. Y estará limpiando el WC anteriormente descrito. Me pregunto qué pensará.
Moraleja: Nunca más entraré al lavabo que está enfrente de mi oficina si antes ha estado el sr. X.
posted by Nexus at 16:00
4 Comments:
Demetrio, a veces me asaltan estos pensamientos que resumes en tu moraleja, sobre todo los días en los que no puedo respirar al subir en el ascensor, debido a que un sujeto ha estado fumando tranquilamente unos minutos antes (he de aclarar que en todo el edificio de mi oficina está prohibido fumar desde hace más de 1 año, y no se escatiman los carteles, incluido el lavabo). Sí, sé que todas estas cosas son minucias, pero son estas pequeñas cosas de la vida cotidiana la que verdaderamente te la fastidian, a no ser que tengas un problema grave. Entonces todo esto te parece secundario.
5/8/05 07:30
Más allá de la educación recibida y del origen "nacional" de cada cual, en el fondo de esas situaciones se revela la ingenuidad de quienes pretenden que las clases sociales ya no existen en la sociedad actual, porque ahora "todos somos clase media".
Ese discurso negacionista -ingenuo en unos casos, interesado en otros-, ha terminado por afectar a los propios explotados: sé de limpiadoras a domicilio con marido obrero de cadena de montaje en paro que se definen así mismos como "normales, clase media".
Y así nos luce el pelo a todos...
5/8/05 13:41
Nexus, yo me hubiera quedado con la primera parte, la del señor X. La señora pensará sólo que sois unos guarros del carajo.
Ya sabes que soy fumador cuando me dejan. Es una cuestión de educación. Mi mujer me deja en la terraza y en el trabajo ya no tengo la posibilidad.
También a mi me molesta. Me resulta curioso que se venda tabaco en las gasolineras o que haya ceniceros en los hospitales.
Joaquim, cuando nació la clase media en España, allá por los años sesenta, se basaba en dos cualidades hasta la fecha excepcionales: la capacidad de comprar bienes que no eran de primera necesidad y una formación. Los coches, el piso, las vacaciones, marcaban la diferencia. Las pensiones, las pagas, el paro y demás ayudas hacen que el umbral de la pobreza sea cada vez más alto. El concepto de pobreza casi se ha perdido y la antigua clase baja se ha diluido con l resto de población.
Pero como en el fondo no nos gusta ser iguales a los demás y el poder adquisitivo ya no es determinante, seguimos buscando otros elmentos diferenciadores a los que acogernos: formación, educación, barrio, país, etcc, etc.
6/8/05 02:42
Demetrio, aciertas en todas tus hipótesis. De todas formas, no quería abrir el debate social, sino sólo hacer notar que nuestra generación no es digna de encomio. Un nuevo ejemplo: ayer, sábado por la noche, en el cine. La película llevaba empezada más de 15 minutos y seguía entrando gente sin cesar, hablando a voces. Durante la proyección, un individuo se levantó 2 veces a hablar por el móvil. Sin palabras. La próxima vez me alquilo el DVD.
7/8/05 11:17
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