T4

Ayer tuve el placer de experimentar en primera persona la nueva terminal de Barajas, la ya famosa T4. Todo fue bien, todo funciona ya. Es verdad que es grande, pero no lo suficiente para perderse (todo está muy bien indicado) y es un alarde de arquitectura. También es funcional, aspecto últimamente olvidado por los señores arquitectos. Asimismo es falso el mito de que no existen zonas para fumadores. Existen. El último programa de Telemadrid "Mi cámara y yo", que en teoría estaba dedicado a la T4, se pasó todo su metraje insinuando que no existían estas zonas e intentando cabrear a los usuarios fumadores. El grado de manipulación de este canal autonómico está llegando a niveles nunca vistos por estas tierras. Pero este es otro tema. Y por cierto, unas veinteañeras de porte anoréxico y actitud woman-power que compartían vuelo conmigo se saltaron la norma y fumaron tranquilamente en la zona no autorizada. Así nos va. Pero sigo con la nueva terminal. Sí, tiene un par de cosas negativas. La primera, la señalización para llegar o salir en coche es nefasta (ya que no hay transporte público de momento; esto daría para un post bastante largo). Está montada para que pases por el peaje. Pero una y no más. Aunque pague la empresa, me niego a ser pagano (ya me sé los trucos, menos mal). Y lo segundo y más importante: en todas las cafeterías de la zona de embarque, sólo se sirven cafés en vasos de cartón, como los americanos. Qué decadencia. A partir de ahora, me cambio de compañía, volaré en Spanair, que opera en la T2.