Quitando telarañas.

Todas las radios han dedicado el día a recordar. Este 23 de febrero ha sido uno de los pocos días en el que gente de todo pelo ha contado un pasado reciente con pocas discrepancias. ¿Qué hacíais vosotros por aquel entonces?

En aquellos días yo era un tocabandurrias. Así es, yo tocaba la bandurria en una rondalla de tres al cuarto. Nos reuníamos en unos locales del ayuntamiento para practicar y perseguir el ritmo allá donde estuviera. Tras el ensayo pasábamos a otras salas a darle al futbolín y a desear a las pocas chavalas que por allí rondaban.

De pronto apareció el conserje y con palabras pausadas nos dijo que iban a cerrar los locales y que tendríamos que irnos a casa inmediatamente sin demorarnos en el camino. El tono pausado nos hizo espabilar y hacer preguntas pero él sólo respondía con una escueta frase: iros a casa que allí os dirán.

Yo vivía cerca de las instalaciones municipales y no tardé en llegar. La gente por la calle no señalaba cambio alguno y me temí que hubiera pasado algo en casa. No fue así pero la presencia de mi padre a horas tan tempranas me dejó confundido. "Ya estamos todos. Esta va a ser una noche muy larga". Fue la segunda vez que vi a mi padre nervioso por circunstancias ajenas a lo cotidiano. El pesimismo de los que conocieron tiempos más tristes. Acostado a oscuras en mi cuarto casi desgasté el dial de mi radio. Sólo el mensaje del Rey me hizo saltar de la cama para verlo en la tele. Ciertamente fue una noche muy larga.