Más Monopoly
Pues ahora soy un promotor de medio prestigio con unos contactos cojonudos en el ayuntamiento.
Localizo una parcelita atractiva para comenzar a negociar su compra. Presento el proyecto en el ayuntamiento, aunque ya llevo algún tiempo vendiendo los pisos hipermegachachis que voy a hacer. Su precio es asequible para no tener que meter a inversores listillos. Eso sí, pido una entrada suculenta.
El proyecto presentado tiene trampas legales para que los plazos sean dilatados y la licencia de obra tarde en llegar. Por si acaso, le digo a mis contactos que apliquen la paciencia a placer. También acordamos que ante preguntas molestas respondan con evasivas o medias verdades.
El dueño de la parcela se está dejando querer por otros compradores, pues ha olido a dinero sabroso. Llamo a mis sabuesos del consistorio para que le informen de la posibilidad de un cambio en el plan general de urbanismo. De todas formas subiré mi apuesta para relajarlo un poco.
La demora produce recelos y algunos compradores empiezan a protestar. A los primeros les busco otros compradores y compartimos beneficios, que para eso soy inmobiliaria también. Está todo preparado para que con las primeras denuncias entre en marcha la segunda fase del plan.
El ayuntamiento aplica las rebajas pactadas en el proyecto y se lo comunico al dueño del terreno. Le presiono un poco más con los sabuesos y la última negación de la licencia de obras para sacarle una rebaja sustanciosa. Al mismo tiempo reuno a todos los compradores. Les informo de la nueva situación, les comunico que esta promoción ya no es rentable y que tendrán que pagar otro tanto por las demoras y los nuevos costes de la obra. Si no quieren asumir este coste, les devolveré el dinero. También tendrán que amoldarse a los nuevos plazos de entrega.
Recojo el dinero de los que se quedan y devuelvo el de los que se van. Presento un nuevo proyecto con alguna modificación o canje menor, redistribuyo los pisos para aumentar su número y vuelvo a vender con un precio bastante más elevado.
Ha siso un buen negocio. Sobre todo suculento, pues los del ayuntamiento sólo negocian con un trozo de huletón en la boca. He estado dos años moviendo un dinero que no es mío, el cual, entre otras cosas, me ha servido para terminar otra obra que estaba haciendo y para la que los bancos no me daban más crédito. Además, he revalorizado mi nueva promoción y he minimizado los costes del terreno.
Sus llaves, GRACIAS.
5 Comments:
Wilson, ¡quiero hacerme tu socio ya!
8/10/05 11:36
Igual que Nexus, ¡quiero ser tu socia!!
Pobres compradores :o(
9/10/05 00:46
Sólo me falta hacérmelo con el secretario del ayuntamiento, que al ser un puesto de carrera, requiere un poco más de cariño. Una vez que lo consiga os digo cómo repartimos las ganancias, digo los costes.
9/10/05 01:22
Interesante....¿es verdad todo eso?
9/10/05 23:09
Sí, Anatema, todo cierto. El mundo de los golfos está lleno de sorpresas.
9/10/05 23:57
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