Qué frío
Sigo con mis temas un tanto alejados de la actualidad...
Frío me quedé este fin de semana después de ver Documentos TV. El tema del documental era la criogenización de seres humanos. Sí, esa técnica que sale parodiada en Futurama, donde vemos las cabezas de famosos conservadas en frascos. Dicho programa se centró en la empresa Alcor (no dejéis de visitar el sitio www.alcor.org), donde de forma totalmente científica abordan esta cuestión. Su idea es sencilla: ellos definen la muerte no como un evento, sino como un proceso que tiene lugar entre una parada cardíaca y la muerte cerebral. En ese periodo de tiempo (unos quince minutos) ellos afirman que es posible detener la entropía mediante su proceso patentado. Como sabemos, hoy día ya se producen resucitaciones en algunos casos aislados en ese intervalo de tiempo, y según Alcor (una organización definida como fundación no de lucro), será posible en todos los casos en unos cien o ciento cincuenta años. Su técnica de detención del colapso cerebral es mediante una cristalización (ellos inciden que no es congelación) de los tejidos, sobre todo del cerebro. Ello se consigue con una compleja técnica en la que toda la sangre y el agua del cuerpo se sustituye por un compuesto químico que evita la congelación -tal como la entendemos- al disminuir la temperatura de los restos conservados. Por resumir el proceso, decir que los cuerpos terminan en unos cilindros sellados de 3 metros de algura a -200 ºC en una aséptica sala en Arizona. Alcor funciona mediante la contratación por parte del usuario de un seguro de vida a beneficio de Alcor de valor 150.000 $ si se quiere conservar el cuerpo entero y de 80.000 $ si sólo se quiere preservar la cabeza (ya que se supone que en un par de siglos será posible construir un nuevo cuerpo alrededor de la cabeza). Las primas de dicho seguro sirven en parte para mantener la fundación y a la muerte legal (ellos hablan siempre de "muerte legal"), dichos fondos servirán para sufragar los costes de la criogenización de forma indefinida (ya que rendirán intereses en una cuenta bancaria).
En fin, todo esto me recuerda a la película de Woody Allen "El dormilón", en la que un paciente que va a una operación rutinaria en un hospital de Nueva York acaba en coma y despierta 200 años después, y no le gusta nada de la sociedad que descubre. Y eso que como dice el protagonista de la película (el propio Allen), "tuve mucha suerte porque encontré aparcamiento en el hospital".
Nos toca hacer cuentas, nos gastamos la pasta ahora, o la guardamos para el siglo XXIV. Están locos estos americanos...
4 Comments:
Económicamente no me parece una inversión recomendable. Además no me gustan los finales con suspense.
Y si quiero volver, pues prefiero la teoría de la reencarnación. De acuerdo que no sería con el mismo cuerpo, pero tampoco le tengo demasiado apego a esta cara.
26/7/05 11:35
A mí sobre todo me resulta una idea macabra, pagar para que te conserven "eternamente" a la espera de un teórico milagro científico...no sé, demasiado complicado y desagradable. Y luego está lo que apuntas en el post, a saber cuándo despiertes cómo será el mundo, igual una nueva raza ha ocupado el planeta tierra y te has convertido en un bicho raro...
Desde luego es curioso.
Un saludo!!!
26/7/05 13:38
Y se aplazará el día del cobro de la herencia. Esto es un sin vivir.
26/7/05 14:19
Bueno si cuando despiertes no te gusta lo que ves siempre puedes suicidarte y al final todo queda como estaba.
27/7/05 12:58
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