Agujeros negros

“…ser marroquí hoy en día ya no es como en los años setenta y ochenta, cuando el difunto Hassan II, supuesto descendiente del Profeta Mahoma , vendía a los occidentales su certeza de que sus “queridos subditos” nunca se convertirían en fanáticos islamistas. El viejo autócrata se parapetaba detrás de su condición fabricada de Amir Al Mumminin (comendador de los creyentes), es decir, una suerte de Papa enchilabado, para convencer a los que, en realidad, no necesitaban ser convencidos de que el mito del buen marroquí impermeable a las ideologías radicales existe. “Sin mi”, amenazaba el tirano, “es el diluvio”.
Pero la realidad era otra. … Zacarias Moussaoui, el único inculpado en Estados Unidos por el 11-S… En alemania, los acusados en los juicios en torno a la supuesta célula de Al Qaeda en Hamburgo eran marroquíes… sin hablar del asesino del cineasta holandés Theo Van Gogh, Mohamed Bouyeri, que es igualmente súbdito de su majestad el rey de marruecos; ni de Yunes El Hayari, el jefe de la célula de Al Qaeda en Arabia, abatido la semana pasada.
Es cierto, que Rabat , después de los atentados del 11-M, donde la presencia marroquí es abrumadora, intenta defender su imagen internacional jurando que nuestros islamistas han sido ideologizados fuera de la patria. Es posible. Pero también que esos marroquíes hayan sido instruidos en marruecos mismo y luego exportados al extranjero.
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Lo que pasó el 16 de mayo de 2003 en Casablanca es que unos jóvenes habitantes de un miserable barrio de Casablanca volaron por los aires, no solamente sus cuerpos y los de una treintena de inocentes, sino también el mito de la seguridad marroquí. Volaron los chicos del barrio de Sidi Mumen,pero quedaron muchos misterios por resolver.
Los atentados de Casablanca nunca fueron reivindicados. La única persona que hubiera podido esclarecer los hechos era un tal Abdeljak Bentassir. Personaje desconocido hasta entonces tanto en el batallón de los islamistas radicales como en el hampa local. Bentassir fue torturado salvajemente por la policía política y terminó muriéndose….
Algunos hablan de complot, otros de paranoia. Pero lo cierto es que cuando estaba encarcelado en la inmensa prisión de Salé, cerca de Rabat, los reclusos que venían a verme para exponerme sus dolencias me contaron que dos semanas antes de los atentados del 16 de mayo, los módulos M1 y M2 de la prisión habían sido totalmente desalojados de sus ocupantes y preparados para recibir nuevos huéspedes, que efectivamente llegaron después de la masacre de Casablanca. Durante los casi ocho meses de cárcel, no pude encontrar una explicación válida de los desalojos de los módulos M1 yM2. Puede que sea una simple coincidencia, pero es muy raro que en las cárceles marroquíes, donde los presos viven hacinados, se vacíen dos enormes bloques.
Esta incógnita, como otras, es la que lleva a dirigentes del principal partido de la oposición, el islamista moderado PJD, poco sospechoso de ser un adepto de la subversión, a concluir que hay demasiados agujeros negros en los atentados de Casablanca.
…la mayoría de los suicidas de Leganés nunca habían dado muestras de una fe desbordante en Alá. Al contrario, Jamal Ahmidan alias el Chino, era un camello que practicó su oficio tanto en España como en su pais de origen. En marruecos había sido condenado por un delito de asesinato, pero, y es una incógnita más, estuvo preso solamente dos años y medio.
En mi país la justicia es muy severa y dar muerte, hasta en defensa propia, se paga con muchísimos años de cárcel. Es por eso que resulta insólito que un reincidente como Jamal Ahmidan haya sido liberado rápidamente. Hasta los grandes capos de la droga, y el Chino no lo era, tienen que soportar más de tres años en chirona antes de poder comprar a un juez o a un alto cargo de la Dirección de Asuntos Penales y de Indultos, el único departamento del ministerio de justicia que gestiona las jugosas gracias reales. …”
El autor es Ali Lmrabet y podemos decir que es otro facha con carnet de la FAES adepto a la teoría de la conspiración … o no.
De momento, es el único marroquí al que respeto, que en mi caso es decir muchiiiísimo.