Necesitamos más cárceles

Me gustaría decirles que todo este tiempo sin escribir fue cubierto con vacaciones, pero nada de eso ha sido posible. Mi empresa se encargado durante estas dos últimas semanas de que la hora de salida se junte con la de entrada, con tan solo una pausa para la siesta nocturna. El sector de la construcción de la costa andaluza se encuentra inmerso en un momento frenético para poder alcanzar los objetivos antes del verano. Mi teléfono móvil está depresivo y no levanta el volumen. ¡Queremos descansar un poco! ¡Quiero comer en mi casa a horas de humanos!

¿Que cómo está Marbella? Soleada y expectante. Las encuestas dan al PP como ganador en las próximas elecciones por ser el partido menos manchado por la basura, aunque muchos desconfían de una señora que no ha sido capaz de denunciar judicialmente tanto delito mucho antes. Los empresarios, por su parte, prefieren al hombre fuerte de Chaves, Paulino Plata, titular de Turismo de la Junta de Andalucía, que se supone ha sido propuesto como candidato a la alcaldía para proteger los intereses de la Junta y mantener el volumen de dividendos. Que el Altísimo ampare a los marbelleros.

Me dicen mis compañeros que disfruto con todos estos asuntos de corrupción que salen en los periódicos. No se equivocan. Cada vez que un titular me da la noticia de un nuevo encarcelado me sube la líbido. Hoy pasan por los juzgados de Marbella y Madrid los próceres de la alcaldía y los consejeros de Afinsa y compañía. Me alegro. Los primeros robaban a la vista de todos desde el balcón y los segundos desde el sillón. Felicito a la policía. Más, queremos más.

Hace unos años conocí a un insigne filatélico que puso a parir a los del Forum Filatélico. "Los sellos valen dinero entre coleccionistas y para el resto es papel con pegamento". Estaba claro. Para el coleccionista sólo es apreciable lo excepcional. ¿Qué diferencias pueden encontrarse entre los sellos de una serie completa? Ninguna. Ni siquiera el paso del tiempo los hace más atractivos. Se consigue rentabilidad invirtiendo en piezas únicas, pero no tanta, ni durante tanto tiempo y tampoco para tantos. La estafa estaba servida desde el momento en que se popularizó el sistema.

Una estafa se convierte en despreciable timo cuando usas a tu propio personal como gancho. ¿Se acuerdan de Banesto? Los directores llamaban a sus familiares y amigos para darles el soplo del negoción exclusivo. Como en Marbella. Grandes deudas para tiendas y pequeños negocios con promesas de pago hechas por sus mismos vecinos o primos. Estamos en tiempo de comuniones y me da que los trabajadores de Afinsa no acudirán a las citas familiares. No los envidio.

Pero no se muevan de la silla que aún hay más. Esto da para mucho más.