Que alguien le eche una mano al abuelo

No salgo de mi asombro con la Cuatro, y para qué negarlo, además me lo estoy pasando muy bien con ella. Este es un fenómeno ya conocido en España: recuerdo que el Telecupón debe su época de mayor esplendor no a las rotundas jacas que gráciles llevaban el número a la mesa del notario sino a Carmen Sevilla y sus impagables salidas con las llamadas telefónicas o sus esfuerzos titánicos por tratar de ver sin gafas unos carteles que debían ser del tamaño de una valla del Ikea.
Iñaki ha acabado por resultarme entrañable. Al hombre se le ve dispuesto. Sigue fiel las directrices del holding: El PP miente, el PP crispa, el PP mató a la madre de bambi … pero como a Carmen Sevilla alguien debería apiadarse de él y ponerle una niña impúber que le ayude a saber a qué cámara debe mirar o le cante los guiones cuando se atasca.
Tampoco estaría más unos cuantos estratos menos de maquillaje, las arrugas suelen sugerir seriedad mientras que una capa facial ultragruesa de Titanlux inconscientemente te hace buscar al cadáver embalsamado de Lenin bajo la mesa.
Pero lo peor de todo son las noticias. No hay derecho que tras treinta años de trabajo a este buen hombre le hagan salir en la tele sin la cara tapada ni la voz distorsionada para decir que el cuñado de un amigo de un vecino de Esperanza Aguirre le regaló un cupón de la ONCE al guardaespaldas de Ramayo.
La última ha sido la del Prestige. A Llamazares, con tal de rascar bola en la tele, sólo le falta disfrazarse de carpa para salir en “Jara y Sedal”. Le faltó tiempo para hacer de liebre en el patético esfuerzo de PRISA de aliviar la presión sobre su terminal en Ferraz. El domingo el trompeteo mediático del grupo se puso a todo gas, hoy miércoles la máquina se ha gripado, El País ha reculado en un editorial e Iñaki se ha quedado colgado de la brocha con cara de 5% de share. Hoy no le quedará más remedio que hablar del Prestige y las “mentiras” de Rajoy mientras el resto del país habla del acoso de Boadella por parte de los camisas parda con el que el Capitán Mimosín pacta, de la cara que se nos va a quedar cuando nos quiten los fondos europeos con la sospecha de que la famosa OPA ha tenido algo que ver y de Carod y su último “favor” al PSOE diciendo que están “acojonados”.
No hay en el mundo suficientes premios Ondas para pagar por lo que está pasando el abuelo. Viendo esto, no parece tan descabellados los insistentes rumores de que está a punto de tirar la toalla.
Y ojo al PP que parece que ya le han cogido la medida a Polanco y a su “muñeco diabólico”: Antena 3 lleva semanas en sus telediarios calentando a fuego lento la cazuela de la inseguridad ciudadana: asaltos violentos en casas de la sierra de Madrid, bandas de menores en la puerta del Sol, … me da que para mediados del 2006 a Rodríguez le saldrá otro frente, fácilmente sazonable con el factor Caldera y su megaregulación… al tiempo.