LA TRINCHERA

LA TRINCHERA

EL NEGOCIO SIEMPRE ES EL NEGOCIO.

Creo que es mañana cuando el papa llega a Valencia, aunque vivo aquí he procurado desconectar de todos los excesos, y aplicar la máxima de la pediatra de mi hija: “que buena es la ignorancia, a veces”. Pero resulta imposible mantenerse al margen de todo aquello que genera negocio, y al igual que no te puedes librar de la cena de nochebuena tampoco esta semana en valencia puedes eludir al papa. En el detalle más tonto y común de los quehaceres de cualquier día cotidiano aparece su sombra. Un ejemplo tonto y por ello representativo de cómo van las cosas. Muy cerca de mi trabajo, concretamente en la plaza del ayuntamiento, zona de recorrido papal, hay una franquicia Pans que ofrece almuerzos populares hasta las 12.00 horas que consisten en dos chapatinas a elegir y café con leche por 1.90euros. Pues este lunes fuimos como siempre ha tomar nuestro desayuno y cuando ya estábamos eligiendo los bocatas la camarera nos dice que esta semana no hay desayunos populares ni tampoco precios populares. Nosotras le preguntamos que si era por la visita del papa, y ella dócilmente nos respondió que sí, que la próxima semana volveríamos a la normalidad. El corte inglés, que al igual que pans es una empresa privada con mucho ánimo de lucro y en su derecho está, promociona la visita del papa a valencia del mismo modo que lo haría si viniera Paulina Rubio a firmar su último disco; porque pensando en términos de beneficio empresarial ¿qué más da uno que otro? De lo que parece que se trata es de hacer negocio. Y esto son las empresas privadas cuyos principios y valores están por debajo del beneficio añadido que pueda procurar el acontecimiento, y bueno está. Pero lo de la administración no tiene nombre. Recibir a un jefe de otro estado del modo en que se está haciendo se resume en el escaso entender de muchos ciudadanos/as anónimos en el clásico dicho de “tirar la casa por la ventana”. Se ha subcontratando cualquier tipo de servicio que se vaya a poner a disposición del encuentro, incluida la señal de TV, y se nos ha despojado de todos los servicios al resto de ciudadanos que no vamos a participar del acto, como son autobuses, metros, taxis, no podemos usar móviles, y los que viven por la zona donde está ubicado el altar ni tan siquiera pueden sacar su coche del aparcamiento de debajo de su casa ni para ir a trabajar y ni para ir al médico; se ha paralizado la ciudad de la justicia y los exámenes de oposiciones y universidad. Podemos decir que Valencia hoy es una ciudad totalmente volcada con el pontífice y con el negocio, y paralizada de toda su actividad cotidiana.

En nuestro caso como estamos en zona 0 nos ha dicho el gerente que no vengamos a trabajar y en pro de unidad de las familias yo mañana me quedaré con la mía. Ya tengo algo que agradecerle al papa, o quizás a la Administración.