Ya somos más modernos

El partido de octavos de final del Mundial de fútbol que se celebró el pasado martes entre España y Francia sirvió -además de para dejarnos en nuestro lugar desde el punto de vista futbolístico-, para que en nuestro país se despertara un fenómeno hasta ahora no muy extendido en lo que respecta al fútbol: los hooligans. El gran botellón consentido -organizado por Cuatro- que tuvo lugar en la plaza de Colón de Madrid, derivó tras la derrota en una batalla campal al más puro estilo inglés. Además, tras la fiesta el lugar quedó como un auténtico estercolero. Enhorabuena: ha llegado por fin la modernidad.