Una vuelta por el hospital

El año pasado estuve de acompañante en un hospital durante 4 meses. El hospital es público y de gestión privada.
Durante todos esos mesee pude comprobar el nivel de productividad de los auxiliares, de los enfermeros y del resto de personal, la complicada optimización de las camas, el endiosamiento de los médicos y, sobre todo, la sutil utilización de los familiares para conseguir la tan deseada reducción de personal.

Acabo de pasar otras dos semanas de tensión en el mismo hospital, igualmente como acompañante. El cambio ha sido sustancial. Los enfermos esperan más de 20 horas en urgencias hasta que liberan camas, aún teniendo alas sin ocupar. El personal de enfermería exige a los familiares la ayuda como presión para que éstos se quejen por la disminución de efectivos. El personal no sanitario se encuentran en huelga por despidos improcedentes. Los de enfermería y auxilares de enfermería por falta de convenio. Los médicos siguen endiosados pero desquiciados. Hemos tenido a los mismos doctores aunque más enfadados.

A un enfermo se le ingresa por muchos motivos, pero nunca para ser maltratado. Salvo dignísismas excepciones la vocación queda diariamente en el retrete. Supongo que los objetivos de reducción de gastos no son compatibles con los de servicio y calidad.